El turismo, concebido
como un mero producto de consumo, envuelto en brillante y sonoro papel
celofán, dispuesto a ser consumido por un consumidor de características
únicas, representa una visión unilateral y vertical del producto turístico.
El turismo de consumo rápido,
deja un vacío en el espíritu y como concepto debe ser superado. Las nuevas
tendencias, han desarrollado el concepto de Turismo Experiencial, donde
el visitante se interesa en participar de vivencias que aumenten su riqueza
espiritual.
El turista ya no desea ser mero
espectador; por el contrario, busca una participación activa en la vida
cultural de un lugar.
El turismo
experiencial apela a todos los sentidos, para producir vivencias
memorables que enriquezcan su vida interior. Así, lo que se ofrece como producto
turístico debe entregar elementos que puedan dar un sentido distinto a la vida
del visitante.
El turista, deviene en una
persona con emociones, necesidades y deseos que requieren ser satisfechos desde
una nueva perspectiva, generando recuerdos inolvidables.
La inmensa variedad de la
oferta turística en el mundo, requiere de productos con valor agregado.
No basta lo obvio, se requiere del regalo inesperado. Ofrecer una vivencia mas
allá del servicio, sorprender al turista con una experiencia de vida
inolvidable, debe ser la dirección que a adoptar. Siempre tener presente que
estamos ante la presencia de un turista inteligente, informado, participativo,
conectado, que actuará como comunicador de su experiencia.
Las nuevas tendencias en
servicios turísticos, de alojamiento, agencias de viaje, gastronomía, indican
que deben ser empresas de servicios temáticos, que buscan cautivar a un
explorador ávido de ser sorprendido con nuevas experiencias.
La pregunta ¿Dónde vas de
vacaciones?, debe dar paso a una nueva interpelación ¿Qué has vivido en estas
vacaciones?
La identidad, la especificidad
y creatividad, son aliados diferenciadores en la oferta de productos turísticos
que alimentan a esta nueva tendencia. Si logramos interpretar sus alcances,
podemos augurar una gran oportunidad para la región y país.
Debemos prepararnos para poner
en marcha un producto turístico con servicios de la calidad que el nuevo
turista espera. La capacitación constante de los que ofrecen el servicio
turístico en todos sus niveles, otorgarán un sello diferenciador,
innovador y cautivante que en definitiva, producirá un aumento sostenido del
flujo turístico.
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